EL ILUMINADO
En un continente inmenso existía un país pequeñito pero hermoso y diverso. Este país tenía todo para ser una nación muy rica; sin embargo, su gente escogía siempre mal a sus gobernantes. Nunca le atinaban al correcto. Pasaron muchos años así, poniendo y sacando gobernantes. Hasta que llegó uno que iba a conquistar sutilmente al pueblo "el iluminado".
Pero el iluminado iba a mostrar que tan iluminado era con el paso del tiempo, al tener que tomar decisiones que cambiarían la vida de la gente. Según él, el país iba de maravilla, prácticamente era el paraíso, nada podía pinchar su burbuja.
Un día una bomba explotó, y el mundo entero lo sintió. Sólo el iluminado tuvo la suerte de ser inmune al remezón. Cuando los países más grandes y ricos expresaban qué fuerte había sido el remezón, él ría y creía que estaban locos, porque para él nada había pasado.
Después de la explosión todos los países entraron en crisis y, obviamente aunque el iluminado no lo sintiera, los habitantes de burbujulandia sí. Ya no podían comprar comida, ni ropa, hasta sus casas habían perdido. Todo era un caos. Fue entonces cuando la gente empezó a despertar, y darse cuenta que el iluminado no era tan sabio como presumía. Y su popularidad empezó a bajar. Aunque él tratara de hacer esfuerzos inútiles por mantenerla.
Al final el iluminado reconoció que la bomba sí había estremecido burbujulandia, pero ya era demasiado tarde, mucha gente había quedado en la calle, sin nada. Su burbuja estaba más que pinchada, la gente caída sin fin.